El narcotráfico se ha expandido en los últimos diez años surgiéndose
como una verdadera catástrofe en países latinoamericanos como: Colombia que por
causa de su política social y económica llegó a convertirse a finales de los
setenta en el mayor productor de cocaína en todo el mundo. Bolivia, Perú y
México, no escapan de este cáncer que avanza sin descanso y actúa como un monstruo
destructor de “Democracias Frágiles” y de Estados con políticas represivas cuyo
propósito es derrotar a la violencia, la consecuencia más ruin de la historia,
pues su paso sólo ha dejado muertes y vidas destruidas.
Para nuestro compatriota y Premio Nobel de Literatura, Mario
Vargas Llosa, las políticas represivas no tienen futuro con el narcotráfico, pues
para él los planes de ejecución se frustran en el camino mientras que la
corrupción crece sin detención alguna.
El escritor coloca en el tablero una propuesta que ha generado polémica por su
apoyo a la “Legalización y despenalización del consumo de drogas” En contra de los “modelos fracasados”
considerando a Venezuela y Cuba dentro de ellos; defiende su posición con
justificaciones fantasiosas que vuelan y están muy lejos de la realidad
existente hace más de una década en la mayoría de países latinos.
La delincuencia causó en México la horrorosa suma de 10.035
muertos, el consumo ilícito de drogas llevaron a algunas personas a cavar su
propia tumba. No se puede pretender que la Legalización de la marihuana sea el
pasaje de regreso a una sociedad en donde la violencia no sea el pan de cada
día. La realidad se escapa del control de la seguridad ciudadana que existe hoy
en nuestro país; su auge reside en los jóvenes adolescentes, esos que hoy
arrasan en innumerables grupos de pandillas, jóvenes que a su corta edad conocen perfectamente los movimientos de un burrier.
La despenalización multiplicaría esta situación sin piedad, viviríamos con
miedo pues lo único que se alcanzaría es ayudar a concluir los actos ilícitos del
mundo del narcotráfico.
A juicio de Vargas Llosa el narcotráfico es “una industria
muy poderosa” que puede llegar a pagar mejores salarios que el mismo Estado,
que puede comprar policías, periodistas y ministros. Él considera que la
despenalización de la cocaína atraería a los carteles por un beneficio propio, jactándose
del servicio de funcionarios del Estado y ejecutivos de importantes corporaciones
con el único fin de “defender sus
intereses” llegando a dar oportunidades laborales a profesionales, que se
encuentran desempleados, en empresas “legales” Tal caso es fantasioso e
irracional, no se puede convertir “lo ilegal” en una tolerancia indiferente a
lo que lo legal implica. No podemos vivir a cuestas de quiénes utilizarían
nuestros recursos; así sean cuantiosas ganancias sucias las que manejan a su
poder.
Por otro lado el novel de literatura cree que mediante una
cultura informativa se puede desintoxicar a la sociedad y a las víctimas de las
ventas de estupefacientes. Sin embargo no todo es tan sencillo como se piensa,
los resultados no serán mediatos menos aún cuando se trata de una cultura pobre
en niveles de educación; la pregunta es ¿Cómo se logra llevar información sobre
los riesgos y perjuicios que ocasionan las drogas cuando ya eres un consumidor
frecuente? ¿Cómo cree que se puede llevar este tipo de orientación a jóvenes
que viven en los Asentamientos Humanos más olvidados? Sería bueno que
reflexionara un poco más sin alejarse de la realidad que existe en el Perú,
pues no nos encontramos en Europa donde la cultura liberal entiende mejor, señor
Mario Vargas Llosa.
En uno de sus últimos discursos el novel se manifiesta: “Como el problema de la droga es fundamentalmente económico,
económica tiene también que ser su solución” La existencia de un mercado legal
para la droga, no tendría el mismo efecto como en Chicago o Nueva York,
realidades que son distantes a las nuestras, comenzando por la policía. Los
criminales que viven de la venta de cocaína y marihuana, los también conocidos como
“Los peces gordos” son lo suficientemente audaces para evitar que su red ilegal
caiga “tan fácilmente” ¿Usted lo ha dicho señor Llosa, Se puede contrarrestar,
pero con soluciones económicas. Cree que el sueldo de nuestros policías, la preparación básica y paupérrima… sea suficiente para la contribucición con la eliminación de esta
plaga?
No
existen niveles en cuanto a las consecuencias que dejan estos estupefacientes
en las personas que los consumen; no existe un precio económico definido que
simplifique al narcotráfico. Si bien los planes en las ejecuciones han costado
cuantiosas sumas de dinero y estás no han liberado resultados esperanzadores;
no podemos predecir que en lugar de invertir la lucha contra un mal, debamos
bajar los brazos y reivindicarnos con el mismo infierno de destrucción y
muerte.
Es
cierto que todas las personas desde que tienen uso de razón son libres en
actuar y decidir por sí mismas. Basta ser mayoría de edad en el Perú para tomar
decisiones jurídicas y legales…para aceptar oportunidades y deshacerte de lo
que te hace mal, de lo que no te lleva a ningún lado. No se puede pretender que
“Con el consumo de drogas, no se hace daño al resto…sólo a ti, y como eres libre puedes hacerlo sin que nadie
salga perjudicado” La vida se jacta de vivir bien, de hacer lo que más nos apasiona;
“la perdición y la rebeldía” oculta en el consumo de drogas, no conducen a
resolver tus problemas, ni a levantarte de tu depresión. No porque el Estado actué
en función a la protección de tus
derechos y tu vida, se estaría formando una Dictadura. No retrocedamos…el Cáncer
del narcotráfico NO puede llevarse el futuro de nuestros sucesores.